miércoles, 18 de febrero de 2015

El Inconsciente Colectivo y Los Arquetipos de Jung

El Inconsciente colectivo es un término acuñado por el psiquiatra suizo Carl Gustav Jung, quien postuló la existencia de una base común en la mente de todos seres humanos de todos los tiempos y lugares del mundo. Dicha base común estaba constituída por símbolos primitivos con los que se expresa un contenido de la mente, un contenido que se encuentra más allá de la razón.


Lo que se encuentra en el inconsciente colectivo va más allá de lo que se encuentra en el inconsciente personal. El inconsciente personal fue estudiado por Sigmund Freud, quien fue maestro y mentor de Jung.



En la obra "El hombre y sus símbolos", Jung comienza por diferenciar el signo del símbolo en el lenguaje humano. Sostiene que el símbolo es una palabra o una imagen cuando representa algo más que su significado inmediato y obvio. En este último caso es sólo un signo. El aspecto inconsciente del símbolo nunca está definido con precisión ni puede esperarse que lo esté. El contenido de los sueños es siempre simbólico.

Los arquetipos


Las ideas de Jung sobre esa base ancestral común a todos los seres humanos y que él llamaba arquetipos o imágenes primordiales, fueron continuamente malinterpretadas. Los arquetipos expresan los instintos en un sentido biológico, pero al mismo tiempo comprenden el lado espiritual (debido a que, en contra de lo que muchos quieran pensar lo biológico y lo espiritual no están tan separados, pues nuestro espíritu se desarrolla durante nuestra vida dentro de un cuerpo biológico, ligado a la experiencia física, viviendo en el mundo que nos rodea y percibiendolo a través de los sentidos) . 

Los arquetipos se manifiestan en nuestras fantasías y sueños, y descubren su existencia sólo a través de imágenes simbólicas.

El término arquetipo fue entendido por muchos como referido a motivos o imágenes mitológicos diferenciados, pero esto no podía estar más equivocado. Jung se encargó de aclarar que si fueran diferenciados serían conscientes y tal y como aclaro más arriba los arquetipos pertenecen al inconsciente y nunca están definidos. Los arquetipos son en realidad una tendencia a formar representaciones sobre un modelo básico que afecta emocionalmente a la consciencia, muy relacionado con lo que en la Psicología moderna llamamos el Proceso de Categorización o proceso por el cual el ser humano crea categorias en su mente para clasificar el mundo a nuestro alrededor. No podemos decir que se refieran a las imagenes religiosas o mitologícas, sino que, los arquetipos son la base de esas imágenes e incluso en la mayoría de las ocasiones, la base de muchas creencias.

La tendencia a las representaciones arquetípicas es tan evidente en los humanos que parece pertenecer a sus instintos. Los arquetipos no se adquieren con la educación, ni en contacto con la cultura sino que es innata y hereditaria, según Jung. Los arquetipos se observan en todas las épocas y culturas como manifestación instintiva de la especie, al igual que los instintos se transmiten de un individuo a otro, surgen las fantasías que esos instintos generan. Este punto fue y sigue siendo motivo de las mayores controversias.

El simbolismo de la muerte, los demonios, los dioses, los círculos y triángulos, el ave como símbolo de liberación y de trascendencia, la peregrinación, el mito del héroe  y una serie larguísima de otras figuras habitan lo inconsciente colectivo y constantemente acuden a la consciencia sin que sepamos interpretarlos, con infinitas variantes de formas y detalles. Lo perturbador de los arquetipos es que no llegamos a conocerlos del todo. Y más perturbador resulta el hecho de que, aun conocidos, nunca agotan su significado. De ahí la grandeza del tarot como lenguaje simbolico, debido a que el tarot no es más que un libro con las páginas llenas de simbolos arquetipicos que se conectan con lo más profundo de nuestra mente inconsciente. En la Astrología el Inconsciente Colectivo viene representado especialmente en el planeta Netptuno, planeta que gobierna las reconditas y desconocidas profundidades de nuestra mente, tal y como el Dios romano Neptuno gobernaba sobre las profundidades marinas.



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